jueves, 27 de marzo de 2008

Tiananmen y la Ciudad Prohibida (día 2)


El segundo día nos lo tomamos con calma. Amanecimos tranquilamente, desayunamos en el bar del Youth Hostel y decidimos emplear el día en visitar Tiananmen y la Ciudad Prohibida.


Sin embargo, en cuanto pusimos un pie en la calle nos resulto irresistible la idea de pasear un poco por el Hutong. El ambiente era tranquilo, como muy de barrio. Chinos ociosos jugando a juegos extraños, niños comiendo fruta, puestos de comida callejeros y restaurantes corrientes humeando... Además había cientos de tiendas de antigüedades, casas de té, tiendas de pinceles y de caligrafías...



Lo dicho, no lo resistimos. Hicimos algunas compras y entramos en una casa de té. Nos sirvieron con la ceremonia del té china, que es curiosa a la par que incómoda... La china se queda mirando cómo te tomas el té, para rellenarte el cuenquito en cuanto te lo acabas... Allí estábamos las dos, que nos salía el té ya por las orejas y sin saber si sería ofensivo decir que ya no queríamos más té.

 


Al final le dijimos basta y no pareció ofenderse...

 

Después del paseo y de dejar las compras en el Hotel, esta vez sí, emprendimos camino hacia Tiananmen. La plaza, como digo, impresiona por lo grande. Por la cantidad de gente que hay, la mayoría turistas chinos. Hay también guardias, policías, militares y, por lo visto, agentes secretos que controlas posibles alzamientos pro-demócratas.

 

Si tienes suerte, verás a los niños volando cometas. Nosotras sólo vimos una y pondría mi mano en el fuego a que la cometa era del vendedor de cometas, no de un niño.

 


Desde Tiananmen accedes a la Ciudad Prohibida, visita obligada, aunque no lo más bonito de Beijing... Supongo que lo más curioso es que es casi todo de madera. Si contratáis la audioguía (disponible en español, también) ésta os contará para qué se utilizaba cada uno de los pabellones, que si aquí se vestía el emperador, que si aquí se desnudaba, que si aquí recibía a fulanito, que si aquí vivían las concubinas...

 

Por lo visto, los sucesivos saqueos han dejado a la ciudad como una sombra de lo que fue en cuanto a ornamentación y riqueza, y aún así es impresionante.

 


Después de esta visita volvimos al Hutong y compramos comida para llevar en un restaurante corriente. Allí había un chino dormido y dos chinas en la cocina. Olía a gas que tiraba para atrás. Pedir no fue fácil, hasta que por fin trajeron una carta traducida al inglés. Pedimos arroz, pollo al curry y un cerdo picante con cacahuetes que estaba delicioso. Creo que aquí comimos la mejor comida de todo el viaje.

 

Nos la llevamos a la habitación del hotel y dimos buena cuenta de ella.

 

Después de comer pasamos un buen rato de la tarde mareando al chino que se encargaba de las excursiones en el hotel. Habíamos decidido ir a la muralla al día siguiente y no sabíamos a qué parte queríamos ir. Después de mucho cabilar optamos por Mutianyu.

 

A la hora de contratar una excursión en China es de suma importancia asegurarse de que la excursión no incluye shoping. Una excusión sin compras es un poco más cara, pero vale la pena. Cuando incluyen compras te marean de acá para allá, que si fábricas de reproducciones, que si fábricas de seda, que si medicina tradicional china... y al final echas tooooodo el día y si caes y compras algo es para luego darte cuenta de que es mucho más caro que en la tienda de la esquina.

 

También contratamos, esa misma noche, ir a la Ópera de Beijing. Bueno, o eso creíamos... De Ópera de Beijing por 9 euros, nada de nada. Nos llevaron a un teatro donde una compañía, probáblemente menor, hizo una representación, digamos digna, de una Ópera china. Incluía la batalla del Rey Mono. La batalla del Rey Mono, por lo visto, es un pasaje muy famoso de una Ópera. Me cuenta mi hermano que Bola de Dragón está basado en esta Ópera y que Goku es algo así como el Rey Mono. Ignoro si esto es cierto o no, pero lo que si es cierto es que este pasaje en concreto gusta mucho a los turistas porque va acompañado de acrobacias y coreografías de supuesta complejidad... Tenía subtítulos en chino y en inglés.

 


La Ópera fue a las 18:30, así que estábamos fuera a una hora razonable para cenar con nuestroa amigos. Nos dijeron que cogiéramos un taxi y le dijéramos “Sanlitun”. Sanlitun es una calle que está entre el segundo y el tercer anillo de Beijing y que es como una zona de marcha pijilla, más bien occidentalizada, vamos...

 

Cenamos en un Tailandés, del cual destacaría un plato que llevaba una salsa de coco que estaba de muerte.

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